Si pudiera internarme en ti
Más allá de las formas y los signos
Más allá del cuerpo bendito/maldito
En homenaje alquimista puro
Si pudiera dar a la noche tus ojos
Para nutrir la urbanidad de la sombras
O las almas de los muertos divagando
Como poetas en eterna embriaguez
Si pudiera compartirte más allá de mi carne
Hacerte mundo, pluralidad en esencia
Serias estrella de colgar en el pecho
Amuleto de un viejo pasajero de hotel
Pero sólo he recorrido con mis ojos
El naufragio del rímel cuando lloras
Y que luego en la sal del sudor
Es complacencia, libertad y plenitud
La cínica verdad que deambula entre los dos
Y por eso tan sincera y furtiva
Verdad de los labios y la espalda desnuda
Que disfrutan las manos en la liturgia de tu sexo
Pero amor yo sólo he sido el papel en que ceñías tus versos
Y a veces el disfraz de lobo que le faltó a tu alma
Para desollarnos la carne y la dulzura
Y acompañarnos madrugada, silencio y ceniza
No me pidas entonces que descifre las huellas
Yo soy viento, ternura, sólo viento.
Correcciones y notas
la palabra que puebla, el blog literario de Vladimir Chévez
20.11.11
19.11.11
Concupiscencia
Bajo los parpados de la tarde
Se estremece un trueno
El sonido, el leve chasquido increíble de la espalda de Helena
Niña de mis rosas blancas
Tu sangre se estremeció un domingo
Mientras las ánimas dejaban el escondite de las alas
Y tus muslos frescos como arena esparcida
Se internaban conmigo en la selva oscura
Si viviera a lo sumo más segundos
Te diera todo el mar:
Mi perspicacia infinita en el tabaco
-Cuando a medianoche soy títere del morbo-
Mi cordura imposible en la taberna de un pueblo
La soledad entera que es toda mía,
Ahora camino como un soldado
En un invierno de pérdida
Con el tibio olor de tu sangre calentándome el pecho
Quevedo, noviembre 2011
Se estremece un trueno
El sonido, el leve chasquido increíble de la espalda de Helena
Niña de mis rosas blancas
Tu sangre se estremeció un domingo
Mientras las ánimas dejaban el escondite de las alas
Y tus muslos frescos como arena esparcida
Se internaban conmigo en la selva oscura
Si viviera a lo sumo más segundos
Te diera todo el mar:
Mi perspicacia infinita en el tabaco
-Cuando a medianoche soy títere del morbo-
Mi cordura imposible en la taberna de un pueblo
La soledad entera que es toda mía,
Ahora camino como un soldado
En un invierno de pérdida
Con el tibio olor de tu sangre calentándome el pecho
Quevedo, noviembre 2011
19.10.11
Oh, grandiosa la viña
Oh, grandiosa la viña
Donde el sol reposa
Y entreluce tu pelo sobre las hojas tibias…
Oh hermosa cual estrella altiva
Mis duras manos de recolector
Contrastan tan bien con tu pelo
Suave sedoso y negro, hecho para moldearse en mi hombro;
Oh la tierra donde yaces, árbol nutricio del mundo
Oh dulce placer el tocarte
Y oler tu cuello, mientras el viento mueve las hojas
Pezones de uva, sonrisa de vino
Te pego a mi cuerpo como árbol al suelo
Caliente tierra, fértil y tersa
Hecha del agua para caber en mí pecho
Donde siembro mi fe que es tan tuya y tan buena
Donde aro un placer tan puro y perverso
Oh tu cielo en mi mano
Oh tu cielo en mi boca,
Oh mi lengua elevándose en tu cielo
como otro árbol de carne donde yo te crucifico
Oh el sol bañando tu pelo
Haciendo que tu cuerpo desnudo sea un lugar de sacrificio
Haciendo que tus pequeños bellos se encabriten de pasión
Y sean arbolitos transparentes que mis labios también besan
Qué vino dulce que se desliza entre la hierba
Qué acoge mi fuerza y retiene mi ser, mi golpe, mi puñal
Estos frutos son del alma, no son para mis manos
Frutos del ser, tesoro tuyo, frutos que al nacer crean el mundo
Oh, grandioso tu vientre
La arena en que dibujo con mis labios golondrinas,
Oh tus pechos tibios, dos rosas que se abren
Ante el cielo y mi boca, ante las uvas dulces
Oh, grandiosa la viña
Donde el sol reposa
Y entreluce tu pelo sobre las hojas tibias…
Vladimir Chévez
Quevedo, Octubre 2011
14.10.11
luz
la luz
te busca en todos los rincones
de la noche,
la ciudad entera
se desnuda,
entonces
se viste
de ti.
No hay noche, como la noche en tus ojos mujer
No hay noche, como la noche en tus ojos mujer
resbalarme allí en tu ojera,
morir en tus pómulos rosados
llegar a tus labios y seguir,
seguir muriendo,
en ese rojo infierno que habla y besa
y dice mi nombre y reza en mi piel,
seguir cayendo
así en el vértigo voraz de tu cuello
que es una puerta hacia el placer
un lugar sin regreso y sin memoria
terso como el agua y claro como el amanecer…
13.10.11
TIEMPO
Amor, cuántas tardes y canciones
han pasado,
cuántos libros,
casas, multitudes.
Cuántos vaivenes de este lago
te pintaron
cómo el sol allí en la sombra
te escondía,
en cada rosa
en cada piedra
en mil árboles escritos con sangre.
vladimir
Soledad
Estas ramas negras
en la penumbra
son los únicos brazos
que me dan calor
la tristeza del bosque
no repara en mi alma
un cuervo se posa
en mi cabeza, indiferente
flores que me niegan su perfume
se cierran ante mi
el verde de las hojas
se marchita pronto
el agua se detiene
ya no baña piedras lejanas,
los árboles mueren
a mi lado como soldados
y veo caer mi sangre
como antes vi la lluvia,
y sobre mi sólo nubes grises
como grandes ojos negros
Ante mí un camino
que ya no quiero recorrer
el aire que era de los dos
ahora asfixia mi pecho
Medianoche
Placida caes en mi patio
entre el azahar y mis sueños,
yo bebo tu néctar
... oscura y sombría,
me alimento del silencio
de tus ojos rojizos
de la muerte en tus senos…
y escribo por tu esperanza
porque sé que te acercas
mujer como el alba
aunque tu luz aún lejana
no me toque,
......sé que vienes
Amada mía,
intuyo los besos como el día
como la mañana que no termina
en tus ojos amor mío,
sé que soy oscuro
y no te alumbro
pero sólo así
tu luz me conviene,
sólo así tú también existes!!
bailemos la noche
caigamos allí
en el lecho sombrío,
tus ojos se ven bien así,
cargados de penumbra
... con ese vaho de placer
mientras te beso,
con la caricia de tu olor
que se desliza entre los cuerpos,
bailemos así la noche
y dejemos que la música
nos pierda en agonía…
LAS ÚLTIMAS LETRAS DEL CHICO SUICIDA
Aún recuerdo tu poema,
lo aprendí de memoria, mujer
como sé de memoria tu cuerpo;
cada pliegue, cada hondura,
cada tersa cima,
cada palpitar y ese calor callado
que desprendía tu vientre
cuando mis labios ímprobos
llegaban como flechas
de muerte o de vida.
Aún repito tu poema,
es tan simple,
como esas cosas que uno escribe
en hojas sueltas y
en lugares desprendidos
de la ciudad lúgubre y vacía,
esas cosas que uno escribe
con todo el corazón,
tal vez es mucho
ahora las letras hieren mi piel y mi esperanza
trastocando todo lo posible e indiferente
todo lo ajeno a mi cordura y sacrificio,
tu poema, nuestro poema alguna vez…
lo diré ahora al viento, a la mañana,
al vacío infinito que me llena fugaz
sin despertarme
de este frío sueño de existir y amarte.
"Mujer bendita tu luz me posee
la cal de tu cuerpo ha hecho un hueco profundo en mi alma
ahora cabes en todos mis pensamientos,
ahora ahí donde yo voy estás conmigo......
abril, 2011
12.10.11
Descubrí tu piel nocturna
Callada entonces en la vacuidad
Reías consumías la llama de luz
que se colgaba en tu cuello
por entre las ramas de un naranjo,
El suelo húmedo era un buen lugar
La lluvia preparó este lecho,
Hecho para los dos;
Desperdigué tu aroma, desojé tus hojas
Las esquirlas de los dos, sutiles armas
Vagaron en la fronda hasta esparcirse
En lo alto,
Entonces vi nubes que llevaban tu nombre.
1.8.11
Qué podría decirte
Qué podría decirte ahora que te tengo
si ya no tengo boca ni lengua ni palabras
mi boca mi lengua mis palabras
se fueron contigo cuando estabas lejos
Me acostumbré tanto a tu ausencia
que ahora me eres imposible
tanto así como una utopía
tanto así como volver desde la muerte
Que podría decirte si ya fuiste llorada
si tus besos los buscaba cada día
si en varias lunas te perdí en los sueños
y en tantos amaneceres te sentí como mía
Ahora amo tanto el silencio
y la vacuidad de la penumbra,
amo las sombras donde huía tu cuerpo
en cada despertar, en cada agonía
Qué podría escribirte si mis manos han muerto
se fueron a un lugar donde no existías
a moldear una palabra para verte presente
acariciando las aguas para encontrarte un día
Me acostumbré tanto a esperarte
como te amaba en silencio,
que ahora mis ojos se colman en tu luz
y no te distingo
no sé quién eres, -fantasma en las sombras-
ni porqué vienes a hurgar en mi herida
intuía tu amor a veces, en las tardes
cuando aquel lucero solitario y ausente
llevaba tu nombre a mi boca de nuevo
y así en el silencio te presentía en mi vida
pero ahora amor no sé qué podría decirte
si tan sólo verte me lesiona tanto
tus labios son de fuego, de un mortal encanto
que ansío el dolor para poder vivirte
Qué podría decirte amor sino sólo el silencio
El silencio de los besos que nos faltaron tanto
Las palabras que no vuelven y murieron
Los abrazos que esperamos como náufragos
Qué podría decirte amor sino sólo el silencio…
Vladimir Chévez
Treinta y uno de julio
2.3.11
Ahora amor
He bordeado el infinito
-y no te has ido- ,
la verdad que los escombros
Siempre vuelven en las cosas comunes
Como la rosa y el lucero que hace tanto compartimos
Como la flor y el aguacero en que los dos desnudos
Bañamos el alma desde el fondo de un océano de amor,
Siempre están esos días tan presentes
En el frío del jardín espera un verso agazapado en los geranios…
Sé que no eres mía, pero el aroma de las rosas
Que seduce la ventana y el sol a cuestas de arreboles sentenciosos
Tampoco son de nadie amor, y los he amado hasta ahora,
He aprendido a amarte como he aprendido a olvidarte
Te miro como un niño mira la mañana azul y clara
Te olvido mientras miro el silencio de la crisálida
Te olvido mientras veo caer el agua sobre las rosas
Te olvido en los sonidos de las altas cascadas
Y te aprendo aún, como he aprendido a amar la noche
-Tal es la luz que aún brilla en tu mirada fresca en las mañanas-
Amor, aún hay tantos paisajes en los que veo tu cuerpo
Aún ciertos sonidos se asemejan a tu voz,
Aún el calor de tu vida se me esparce en los labios con las brisas de junio…
Vladimir Chévez, Martes 7 de junio de 2011
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