este tiritar trae un
nuevo barco a tus orillas
tu mar es suave
y no lo enojan las negras piedras
ni los ramajes claros
tus espinas se alzaron
como una bandada
de aquellos objetos
que ionizan mientras vivo
mis impuros metales.
otra vez puebla las cenizas
de esta desolación
sin nombre
que huyó completa
muriendo
en su tísico efugio.
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