21.12.10

Vengo y la lluvia en el fondo

existimos en el dorado impulso
que el naranjo arrancó del sol
en la voluble y extraña forma de la marea;
sin piel, sin nada que nos detenga.

el mismo río se muere
en nuestro beso
y la luz que parió esta estrella
se transforma,
bendita la esperanza de los labios.

crueles labios constantes
eternos en la apariencia
volcados de lágrimas nutricias,

existimos en la brisa y su deshonra
en los cuerpos

en todos los lugares
cálidos estamos,
volcanes, hogueras, bocas
pálpitos entre sábanas
o cualquier césped de una tarde.

necesidad, si
cosechada explosión de cuerpos
tallados.
manos, si
siempre nuestras,
luz perdida en las sombras
de nuestra unión,
árbol de muchos frutos
jugosos;
canción, sí
notas que invitan al ocaso,
dorado impulso,
sonido dulce y cremoso,
otra vida, dentro de la nuestra
otra suave y deliciosa
ola,
brillantez líquida
ahora,
mujer
ahora,
tierno y fino hilo
de oro,
tierno lugar entre los versos,
existimos
tal vez,
o fuimos adictos
a los gestos del alma
a su descarnada composición
a su inhumano beso
que consume,
a nuestra propia
desolación
entre las llamas
sin límites

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