19.10.11
Oh, grandiosa la viña
Oh, grandiosa la viña
Donde el sol reposa
Y entreluce tu pelo sobre las hojas tibias…
Oh hermosa cual estrella altiva
Mis duras manos de recolector
Contrastan tan bien con tu pelo
Suave sedoso y negro, hecho para moldearse en mi hombro;
Oh la tierra donde yaces, árbol nutricio del mundo
Oh dulce placer el tocarte
Y oler tu cuello, mientras el viento mueve las hojas
Pezones de uva, sonrisa de vino
Te pego a mi cuerpo como árbol al suelo
Caliente tierra, fértil y tersa
Hecha del agua para caber en mí pecho
Donde siembro mi fe que es tan tuya y tan buena
Donde aro un placer tan puro y perverso
Oh tu cielo en mi mano
Oh tu cielo en mi boca,
Oh mi lengua elevándose en tu cielo
como otro árbol de carne donde yo te crucifico
Oh el sol bañando tu pelo
Haciendo que tu cuerpo desnudo sea un lugar de sacrificio
Haciendo que tus pequeños bellos se encabriten de pasión
Y sean arbolitos transparentes que mis labios también besan
Qué vino dulce que se desliza entre la hierba
Qué acoge mi fuerza y retiene mi ser, mi golpe, mi puñal
Estos frutos son del alma, no son para mis manos
Frutos del ser, tesoro tuyo, frutos que al nacer crean el mundo
Oh, grandioso tu vientre
La arena en que dibujo con mis labios golondrinas,
Oh tus pechos tibios, dos rosas que se abren
Ante el cielo y mi boca, ante las uvas dulces
Oh, grandiosa la viña
Donde el sol reposa
Y entreluce tu pelo sobre las hojas tibias…
Vladimir Chévez
Quevedo, Octubre 2011
14.10.11
luz
la luz
te busca en todos los rincones
de la noche,
la ciudad entera
se desnuda,
entonces
se viste
de ti.
No hay noche, como la noche en tus ojos mujer
No hay noche, como la noche en tus ojos mujer
resbalarme allí en tu ojera,
morir en tus pómulos rosados
llegar a tus labios y seguir,
seguir muriendo,
en ese rojo infierno que habla y besa
y dice mi nombre y reza en mi piel,
seguir cayendo
así en el vértigo voraz de tu cuello
que es una puerta hacia el placer
un lugar sin regreso y sin memoria
terso como el agua y claro como el amanecer…
13.10.11
TIEMPO
Amor, cuántas tardes y canciones
han pasado,
cuántos libros,
casas, multitudes.
Cuántos vaivenes de este lago
te pintaron
cómo el sol allí en la sombra
te escondía,
en cada rosa
en cada piedra
en mil árboles escritos con sangre.
vladimir
Soledad
Estas ramas negras
en la penumbra
son los únicos brazos
que me dan calor
la tristeza del bosque
no repara en mi alma
un cuervo se posa
en mi cabeza, indiferente
flores que me niegan su perfume
se cierran ante mi
el verde de las hojas
se marchita pronto
el agua se detiene
ya no baña piedras lejanas,
los árboles mueren
a mi lado como soldados
y veo caer mi sangre
como antes vi la lluvia,
y sobre mi sólo nubes grises
como grandes ojos negros
Ante mí un camino
que ya no quiero recorrer
el aire que era de los dos
ahora asfixia mi pecho
Medianoche
Placida caes en mi patio
entre el azahar y mis sueños,
yo bebo tu néctar
... oscura y sombría,
me alimento del silencio
de tus ojos rojizos
de la muerte en tus senos…
y escribo por tu esperanza
porque sé que te acercas
mujer como el alba
aunque tu luz aún lejana
no me toque,
......sé que vienes
Amada mía,
intuyo los besos como el día
como la mañana que no termina
en tus ojos amor mío,
sé que soy oscuro
y no te alumbro
pero sólo así
tu luz me conviene,
sólo así tú también existes!!
bailemos la noche
caigamos allí
en el lecho sombrío,
tus ojos se ven bien así,
cargados de penumbra
... con ese vaho de placer
mientras te beso,
con la caricia de tu olor
que se desliza entre los cuerpos,
bailemos así la noche
y dejemos que la música
nos pierda en agonía…
LAS ÚLTIMAS LETRAS DEL CHICO SUICIDA
Aún recuerdo tu poema,
lo aprendí de memoria, mujer
como sé de memoria tu cuerpo;
cada pliegue, cada hondura,
cada tersa cima,
cada palpitar y ese calor callado
que desprendía tu vientre
cuando mis labios ímprobos
llegaban como flechas
de muerte o de vida.
Aún repito tu poema,
es tan simple,
como esas cosas que uno escribe
en hojas sueltas y
en lugares desprendidos
de la ciudad lúgubre y vacía,
esas cosas que uno escribe
con todo el corazón,
tal vez es mucho
ahora las letras hieren mi piel y mi esperanza
trastocando todo lo posible e indiferente
todo lo ajeno a mi cordura y sacrificio,
tu poema, nuestro poema alguna vez…
lo diré ahora al viento, a la mañana,
al vacío infinito que me llena fugaz
sin despertarme
de este frío sueño de existir y amarte.
"Mujer bendita tu luz me posee
la cal de tu cuerpo ha hecho un hueco profundo en mi alma
ahora cabes en todos mis pensamientos,
ahora ahí donde yo voy estás conmigo......
abril, 2011
12.10.11
Descubrí tu piel nocturna
Callada entonces en la vacuidad
Reías consumías la llama de luz
que se colgaba en tu cuello
por entre las ramas de un naranjo,
El suelo húmedo era un buen lugar
La lluvia preparó este lecho,
Hecho para los dos;
Desperdigué tu aroma, desojé tus hojas
Las esquirlas de los dos, sutiles armas
Vagaron en la fronda hasta esparcirse
En lo alto,
Entonces vi nubes que llevaban tu nombre.
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