20.11.11

Descifrar los etcéteras

Si pudiera internarme en ti
Más allá de las formas y los signos
Más allá del cuerpo bendito/maldito
En homenaje alquimista puro

Si pudiera dar a la noche tus ojos
Para nutrir la urbanidad de la sombras
O las almas de los muertos divagando
Como poetas en eterna embriaguez

Si pudiera compartirte más allá de mi carne
Hacerte mundo, pluralidad en esencia
Serias estrella de colgar en el pecho
Amuleto de un viejo pasajero de hotel

Pero sólo he recorrido con mis ojos
El naufragio del rímel cuando lloras
Y que luego en la sal del sudor
Es complacencia, libertad y plenitud

La cínica verdad que deambula entre los dos
Y por eso tan sincera y furtiva
Verdad de los labios y la espalda desnuda
Que disfrutan las manos en la liturgia de tu sexo

Pero amor yo sólo he sido el papel en que ceñías tus versos
Y a veces el disfraz de lobo que le faltó a tu alma
Para desollarnos la carne y la dulzura
Y acompañarnos madrugada, silencio y ceniza

No me pidas entonces que descifre las huellas
Yo soy viento, ternura, sólo viento.

19.11.11

Concupiscencia

Bajo los parpados de la tarde
Se estremece un trueno
El sonido, el leve chasquido increíble de la espalda de Helena

Niña de mis rosas blancas
Tu sangre se estremeció un domingo
Mientras las ánimas dejaban el escondite de las alas
Y tus muslos frescos como arena esparcida
Se internaban conmigo en la selva oscura

Si viviera a lo sumo más segundos
Te diera todo el mar:
Mi perspicacia infinita en el tabaco
-Cuando a medianoche soy títere del morbo-
Mi cordura imposible en la taberna de un pueblo
La soledad entera que es toda mía,

Ahora camino como un soldado
En un invierno de pérdida
Con el tibio olor de tu sangre calentándome el pecho


Quevedo, noviembre 2011

19.10.11

Oh, grandiosa la viña



Oh, grandiosa la viña
Donde el sol reposa
Y entreluce tu pelo sobre las hojas tibias…
Oh hermosa cual estrella altiva

Mis duras manos de recolector
Contrastan tan bien con tu pelo
Suave sedoso y negro, hecho para moldearse en mi hombro;
Oh la tierra donde yaces, árbol nutricio del mundo

Oh dulce placer el tocarte
Y oler tu cuello, mientras el viento mueve las hojas
Pezones de uva, sonrisa de vino
Te pego a mi cuerpo como árbol al suelo

Caliente tierra, fértil y tersa
Hecha del agua para caber en mí pecho
Donde siembro mi fe que es tan tuya y tan buena
Donde aro un placer tan puro y perverso

Oh tu cielo en mi mano
Oh tu cielo en mi boca,
Oh mi lengua elevándose en tu cielo
como otro árbol de carne donde yo te crucifico

Oh el sol bañando tu pelo
Haciendo que tu cuerpo desnudo sea un lugar de sacrificio
Haciendo que tus pequeños bellos se encabriten de pasión
Y sean arbolitos transparentes que mis labios también besan

Qué vino dulce que se desliza entre la hierba
Qué acoge mi fuerza y retiene mi ser, mi golpe, mi puñal
Estos frutos son del alma, no son para mis manos
Frutos del ser, tesoro tuyo, frutos que al nacer crean el mundo

Oh, grandioso tu vientre
La arena en que dibujo con mis labios golondrinas,
Oh tus pechos tibios, dos rosas que se abren
Ante el cielo y mi boca, ante las uvas dulces

Oh, grandiosa la viña
Donde el sol reposa
Y entreluce tu pelo sobre las hojas tibias…


Vladimir Chévez

Quevedo, Octubre 2011

14.10.11

luz


la luz
te busca en todos los rincones
de la noche,
la ciudad entera
se desnuda,
entonces
se viste
de ti.

No hay noche, como la noche en tus ojos mujer



No hay noche, como la noche en tus ojos mujer

resbalarme allí en tu ojera,

morir en tus pómulos rosados

llegar a tus labios y seguir,

seguir muriendo,

en ese rojo infierno que habla y besa

y dice mi nombre y reza en mi piel,

seguir cayendo

así en el vértigo voraz de tu cuello

que es una puerta hacia el placer

un lugar sin regreso y sin memoria

terso como el agua y claro como el amanecer…

13.10.11

TIEMPO


Amor, cuántas tardes y canciones
han pasado,
cuántos libros,
casas, multitudes.
Cuántos vaivenes de este lago
te pintaron
cómo el sol allí en la sombra
te escondía,
en cada rosa
en cada piedra
en mil árboles escritos con sangre.

vladimir

mi chica de más allá del mar


mi chica de más allá del mar
ahora cuando veo el horizonte
sé que no es el final.

Soledad


Estas ramas negras
en la penumbra
son los únicos brazos
que me dan calor

la tristeza del bosque
no repara en mi alma
un cuervo se posa
en mi cabeza, indiferente

flores que me niegan su perfume
se cierran ante mi
el verde de las hojas
se marchita pronto

el agua se detiene
ya no baña piedras lejanas,
los árboles mueren
a mi lado como soldados

y veo caer mi sangre
como antes vi la lluvia,
y sobre mi sólo nubes grises
como grandes ojos negros

Ante mí un camino
que ya no quiero recorrer
el aire que era de los dos
ahora asfixia mi pecho

Medianoche


Placida caes en mi patio
entre el azahar y mis sueños,
yo bebo tu néctar
... oscura y sombría,
me alimento del silencio
de tus ojos rojizos
de la muerte en tus senos…

y escribo por tu esperanza


porque sé que te acercas
mujer como el alba
aunque tu luz aún lejana
no me toque,
......sé que vienes
Amada mía,
intuyo los besos como el día
como la mañana que no termina
en tus ojos amor mío,
sé que soy oscuro
y no te alumbro
pero sólo así
tu luz me conviene,
sólo así tú también existes!!

bailemos la noche



caigamos allí
en el lecho sombrío,
tus ojos se ven bien así,
cargados de penumbra
... con ese vaho de placer
mientras te beso,
con la caricia de tu olor
que se desliza entre los cuerpos,
bailemos así la noche
y dejemos que la música
nos pierda en agonía…

LAS ÚLTIMAS LETRAS DEL CHICO SUICIDA


Aún recuerdo tu poema,
lo aprendí de memoria, mujer
como sé de memoria tu cuerpo;
cada pliegue, cada hondura,
cada tersa cima,
cada palpitar y ese calor callado
que desprendía tu vientre
cuando mis labios ímprobos
llegaban como flechas
de muerte o de vida.
Aún repito tu poema,
es tan simple,
como esas cosas que uno escribe
en hojas sueltas y
en lugares desprendidos
de la ciudad lúgubre y vacía,
esas cosas que uno escribe
con todo el corazón,
tal vez es mucho
ahora las letras hieren mi piel y mi esperanza
trastocando todo lo posible e indiferente
todo lo ajeno a mi cordura y sacrificio,
tu poema, nuestro poema alguna vez…
lo diré ahora al viento, a la mañana,
al vacío infinito que me llena fugaz
sin despertarme
de este frío sueño de existir y amarte.

"Mujer bendita tu luz me posee
la cal de tu cuerpo ha hecho un hueco profundo en mi alma
ahora cabes en todos mis pensamientos,
ahora ahí donde yo voy estás conmigo......


abril, 2011

12.10.11

Descubrí tu piel nocturna



Callada entonces en la vacuidad
Reías consumías la llama de luz
que se colgaba en tu cuello
por entre las ramas de un naranjo,

El suelo húmedo era un buen lugar
La lluvia preparó este lecho,
Hecho para los dos;
Desperdigué tu aroma, desojé tus hojas

Las esquirlas de los dos, sutiles armas
Vagaron en la fronda hasta esparcirse
En lo alto,
Entonces vi nubes que llevaban tu nombre.

1.8.11

Qué podría decirte


Qué podría decirte ahora que te tengo
si ya no tengo boca ni lengua ni palabras
mi boca mi lengua mis palabras
se fueron contigo cuando estabas lejos

Me acostumbré tanto a tu ausencia
que ahora me eres imposible
tanto así como una utopía
tanto así como volver desde la muerte

Que podría decirte si ya fuiste llorada
si tus besos los buscaba cada día
si en varias lunas te perdí en los sueños
y en tantos amaneceres te sentí como mía

Ahora amo tanto el silencio
y la vacuidad de la penumbra,
amo las sombras donde huía tu cuerpo
en cada despertar, en cada agonía

Qué podría escribirte si mis manos han muerto
se fueron a un lugar donde no existías
a moldear una palabra para verte presente
acariciando las aguas para encontrarte un día

Me acostumbré tanto a esperarte
como te amaba en silencio,
que ahora mis ojos se colman en tu luz
y no te distingo
no sé quién eres, -fantasma en las sombras-
ni porqué vienes a hurgar en mi herida

intuía tu amor a veces, en las tardes
cuando aquel lucero solitario y ausente
llevaba tu nombre a mi boca de nuevo
y así en el silencio te presentía en mi vida

pero ahora amor no sé qué podría decirte
si tan sólo verte me lesiona tanto
tus labios son de fuego, de un mortal encanto
que ansío el dolor para poder vivirte

Qué podría decirte amor sino sólo el silencio
El silencio de los besos que nos faltaron tanto
Las palabras que no vuelven y murieron
Los abrazos que esperamos como náufragos

Qué podría decirte amor sino sólo el silencio…


Vladimir Chévez
Treinta y uno de julio

2.3.11

Ahora amor



He bordeado el infinito
-y no te has ido- ,
la verdad que los escombros
Siempre vuelven en las cosas comunes
Como la rosa y el lucero que hace tanto compartimos
Como la flor y el aguacero en que los dos desnudos
Bañamos el alma desde el fondo de un océano de amor,
Siempre están esos días tan presentes
En el frío del jardín espera un verso agazapado en los geranios…
Sé que no eres mía, pero el aroma de las rosas
Que seduce la ventana y el sol a cuestas de arreboles sentenciosos
Tampoco son de nadie amor, y los he amado hasta ahora,
He aprendido a amarte como he aprendido a olvidarte
Te miro como un niño mira la mañana azul y clara
Te olvido mientras miro el silencio de la crisálida
Te olvido mientras veo caer el agua sobre las rosas
Te olvido en los sonidos de las altas cascadas
Y te aprendo aún, como he aprendido a amar la noche
-Tal es la luz que aún brilla en tu mirada fresca en las mañanas-
Amor, aún hay tantos paisajes en los que veo tu cuerpo
Aún ciertos sonidos se asemejan a tu voz,
Aún el calor de tu vida se me esparce en los labios con las brisas de junio…


Vladimir Chévez, Martes 7 de junio de 2011

SACRA VERDAD



Única a mí encuentro, fría
Tan pálida, tan exquisita, mortal…
En mi medianoche, en mi calle herida
Dulce y sangrante presentas tus vestes incoloras

Y sin nada del mundo, sólo tú existes y eres
Sólo tú enciendes la luz de lo vacío
Y rasgándote con mis dedos llagados
Te alcanzo sólo en segundos

Platico contigo, te escucho, mi sola sombra te necesita.
Mientras ciego, una luz me colma el cielo.
Imposible, ese lejano lugar donde habitas…
Y me clavas tus ojos también ciegos de rostros

Y me dejo morir en tus manos.

El pétalo y la noche


Siempre vienes así ocultándote los labios
Con dos pedazos de nubes, tus manos.
Mi sombra hecha para caber en tu cuerpo
Te adora, te espera cuando sales y duermes
Te ve respirar bajito, y piensa en tu arrullo
En tu tibio brillo dispersado en el silencio.

En estas calles llegó el rocío de tus labios,
Hasta el frío a muerto ya no es mi manto
En estas calles te miro en los faroles,
En los portales de las casas blancas y jardines
En los lugares solos, donde cabe un suspiro
Te adoro, pétalo blanco que cae en la noche

Fina forma delicada, mis nervios se mueren
Junto a ti, fina hoja de albura, blanco rubor.
Mis manos son tu lecho en esta noche
Y la apagada oscuridad será nuestra abadía
Aquí mi alma desvestirá tu alma, y sólo en flor
Nos daremos el vino dulce y sedoso de la eternidad

Delicado pétalo quiero regar tu vida con amor
Así mi sangre se termine, y todas mis fuerzas
Esta savia te prohibirá la muerte, y tu rosal te dará
Más rosas, esos capullos dorados de miel
Donde dejo la paz y la certeza de mi amor.

Pétalo, cae en este lecho, y caigamos los dos
Hacia un lugar forjado de esperanza.

28.1.11

SI ALLÁ DESPIERTAS Y ENTONCES…


Me piensas como el sueño que breve se desvanece en el mundo inalcanzable
Como el retazo de ese momento de la noche cuando ebrios de besos
Cantamos viejas canciones
Y bailamos sin escuchar nada más que los latidos confusos de nuestro pecho
Y sin nada, junto a la sombra de nuestro beso incierto
Nos juramos sernos tan sinceros,…. que duela no mencionar
El dolor de los adioses, cuando ves hacia atrás de nuevo y te provoca volver,
Y entonces,
vuelves llena de lágrimas los ojos y los labios empapados en lluvia
para abrazarnos como hiriéndonos de un golpe
tan fuerte que parecemos traspasarnos.

Si allá despiertas tan bella como en mi recuerdo, y tus labios siguen desnudos
De los míos….
La luz que te provoca el beso sentirá mis versos, y la nada, de silencio breve
Te dará mis brazos
Si el alba te acaricia los párpados, amor, mis ojos serán tus ojos, y el reflejo
Del abrazo al alma nos invocará los cuerpos
En una sutil llama

y las hogueras, en la noche se encenderán con nuestra carne
y entonces bebiendo de este cauce que te implora
Mojarás tu boca, tu vientre áureo, tus manos tibias…
Y empapada, como en la copa de un ónix el vino ausente
Encenderás tu alma, inflamada de besos, muerta de vértigo
Saciada de ansias, borracha de luz sobre la almohada,
paseando tu desierto blanco en la oscuridad tan marchita
Que dolerán las ganas,
Te tanto darnos el alma.

26.1.11

DEVENIR FILOSÓFICO

Esto siempre sucede ante nosotros, ante nuestros ojos.
Ve: toda vez que la luz del sol penetra
En nuestras viviendas, atravesando con sus rayos
la oscuridad
Y advertirás cómo numerosos cuerpos pequeños,
volando en el vacío,
Corren adelante y trás en el resplandor radiante de la
luz
........................................

Puedes comprender así que las causas primeras de las
cosas
Se agitan sin cansancio en un vacío inabarcable.

Lucrecio, De rerum natura.